martes, 16 de junio de 2009

Batman Gotham Knight

A propósito de Batman Q.E.D. quise escribir tres artículos sobre el pasado, presente y futuro de Batman. En este caso, les traigo la entrega del pasado: un pequeño artículo que escribí cuando vi Batman Gotham Knight.





Cómo leer una historieta de superhéroes. Pequeño ensayo de ética.

Estaba viendo Batman Gotham Knight, cuando en el segundo capitulito un guardia/policía, ante las puertas de Arkham Asylum, dice “si ve a alguien en las calles recuerde: es un interno, no un ciudadano”. Me pregunté qué diría Foucault al respecto y si –al revés de Dorothy- ya había entrado al estado de Texas.
Pero después lo pensé y me di cuenta de que todo tenía sentido: la figura del héroe, la figura de Batman, es aquella del perfecto fascista. Es decir, imagen: superman, si no fuera superman, hubiera llevado una vida digna de sitcom, se hubiera casado con Luisa, tendría un trabajo mejor, sería feliz dentro de los estándares burgueses. Si pensamos lo mismo de Spiderman, bueno, Peter Parker, para empezar, no tendría trabajo (ya que no habría un Spiderman al que sacarle fotos), y su vida se asemejaría a una película Indie sobre el white-trash americano. Hubiera terminado en las drogas, ese chico. En cambio, Batman: si Batman no fuera Batman, no podría ser nada más. Bruce Wayne es un personaje imposible. Para él, la alegría no existe. Y los personajes que niegan la alegría, niegan la tragedia. Sería como un personaje de Beckett en una New York de Tim Burton. Es aburridísimo.
Y ahí salió mi pregunta: ¿Por qué es tan atractivo Batman? Y la verdad es que no es atractivo. Es amargo y monótono. Literalmente, su traje tiene un solo tono. Lo mismo puede decirse de cualquiera de los aspectos de su vida. Cada vez que se le muere o se le egresa un Robin, tiene que reemplazarlo con otro. Y es exquisito, casi imperial a la hora de hacerlo. Batman no evoluciona, no se enamora, es siempre igual. El de los ‘60 era más simpático y, por eso, menos atractivo. Su traje era azul y gris.
El verdadero atractivo de estas series cae en los villanos. Son ellos los verdaderos héroes. Son ellos los que no salvan del aburrimiento de tener que vivir el mundo de Batman. Son ellos los que nos llaman, de versión en versión, a volver a verlos. El villano es la posibilidad de derrota de Batman, elevada a un mañana eterno por la atemporalidad del bicho maldito. Es la rebeldía constante, siempre en nuevos espacios. La rebeldía, sí, porque ellos no son, ni siquiera, una amenaza para la sociedad. Ellos están afuera de todas las sociedades, y sólo les interesa atacar a Batman.
Atacarlo porque viven bajo su servidumbre; los villanos existen para que Batman se pueda mantener siempre joven, para sostener su existencia. Batman los necesita. La falta de villanos le devuelve la temporalidad a Batman (algo que supo captar muy bien Frank Miller en su The dark knight retuns). Si Batman no existiera, probablemente serían inadaptados, grandes artistas, activistas. Y, hagan lo que hagan, están condenados al tiempo, a tener que cambiar constantemente para poder estar al día con el insaciable murciélago. Batman, literalmente, es un vampiro que les succiona la vida a sus enemigos.
La magia del villano (la de ser siempre otro), radica en que nunca es una identidad, sino múltiples identidades. Su misión nunca va a ser la monótona de “atrapar al villano de turno”; él saqueará, robará, raptará y, de vez en cuando, intentará borrar a la raza humana de la faz de la Tierra, con tal de matar a Batman. Sus orígenes no son los mismos, sus propósitos no son los mismos, sus sexos no son los mismos. Y mientras más aburrida sea su contraparte (siendo Batman el paradigma), más interesantes y brillantes deberán ser ellos. Es decir, ¿a quién mierda le interesa ver el mito de Superman? ¡Dennos a los villanos, que niegan toda genealogía mitológica! ¡Maten el aburrimiento! ¡Maten a Batman!

3 comentarios:

  1. Querido Benitou,

    El comentario es más que interesante, sin embargo no estoy de acuerdo en algunas cosas. En mi opinión, Batman no es monótono y aburrido. Es cierto que su propósito es simple, pero (y esto también lo captó Miller) se destaca por sobre Superman y Spiderman porque es más complejo psicológicamente.
    La génesis de su persona (en el sentido etimológico de la palabra = máscara) son una serie de traumas y situaciones que revive a cada rato en su memoria y que pueden ser reducidos a algunas imágenes: el collar de perlas que se deshace, el cañón de un revolver, un murciélago o murciégalo (¡quién lo diría!) que domina la penumbra de las cavernas. Estas imágenes perviven en su memoria; son símbolos que han dejado una marca en el inconsciente más profundo del personaje. Ambos sabemos que yo no soy pisicólogo, sin embargo, siempre me llamó fuertemente la atención la manera en que dfierentes autores trataron estos símbolos en la formación de Batman. Algunos ponen énfasis en el collar de perlas, es decir en la muerte de los padres, pero otros (como Miller) dan particular fuerza al murciélago: animal que vive (por lo menos en el imaginario colectivo) de la sangre de otros, de la fuerza vital del otro, de la fuerza vital de sus enemigos. En esto concordamos: Batman no puede vivir por sí mismo, necesita de sus villanos; y la dependencia es tal que los límites entre héroe y villano comienzan a borrarse. Algunos autores han elegido, hacer partícipe a Batman de las historias que cuentan el génesis de los villanos. En este caso, Batman es la fuente de la que todos manan. Él los creó y él es único que puede detenerlos. En este sentido creo que Batman no es monótono sino que presenta tantos matices como villanos.
    Por otro lado decir que sin Batman los villanos serían artistas es idealizarlos un tanto. Hay autores que prefieren no involucrar a Batman en el génesis de sus némesis. Lo más probable es, en mi opinión, que serían villanos de todas formas. Si bien Batman vive para poner un fin a sus truhanzas, ellos quieren matarlo para poder superarlo. Sienten que sin Batman podrían expandir su creatividad a nuevos niveles insospechados. El enmascarado es la barrera que no los deja progresar, un obstáculo que debe superarse para llegar al fin último: cambiar el mundo (o Ciudad Gótica, lo mismo da) de acuerdo a su parecer, forjarlo a su semejanza. El Guasón es terminante en esto: debe cambiar todo el entorno que le rodea. Tim Burton hace, según mi parecer, la mejor caracterización de este aspecto cuando lo hace entrar al museo de Gotham para recrear (literalmente re-crear) toda la historia del arte. Para los villanos, el mundo necesita ser refundado, y el primer paso para dicha refundación es matar a Batman.
    Por último, decir que Batman es el perfecto fascista me parece demasiado. Sin entrar en definiciones (no conozco a nadie que pueda definir bien qué es un fascista), pienso que no hay duda de que el fascista más perfecto del mundo del cómic es la Cabeza, o mejor dicho, el sistema gubernamental de "V de Vendetta"; y creo que Batman no le llega ni a los dedos.
    Bueno, estimado Benitou, no lo aburro más. Espero poder discutir el tema con usted en persona.

    Sin más,

    el murciégalo de Benavidez.

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  2. Si, me porte mal con el viejo murciélago pero... no jodamos: ¡acordémonos que en Dark Knight Batman se arma un Bati-panóptico para atrapar al Joker!
    En fin, como dije, es un escrito viejo que pertenece a un tiempo más panfletario. Ya me voy a resarcir con lo proximo que escriba sobre el Caballero Nocturno.

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  3. hablando de batman:

    http://failblog.files.wordpress.com/2009/06/fail-owned-joker-fail.jpg?w=454&h=328

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